La infaltable marcha peronista, los ruidosos bombos que se interponían ante cualquier intento de charla, gente de diferentes provincias sin límites de edad. Multitudinarias banderas de diversas agrupaciones políticas decoraban el lugar, formando un colorido escenario en la provincia de Entre Ríos, para festejar el Día Mundial del Trabajador.
Exactamente en la ciudad de Paraná, cerca de las cuatro de la tarde, el ex presidente Néstor Kirchner y el líder de la Confederación General del Trabajo(CGT), Hugo Moyano, junto con el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri ,abrieron el acto oficial para conmemorar uno de las fechas más represantivas a nivel local e internacional.
La Avenida Circunvalación y Don Bosco estaban repletos de seguidores del Partido Justicialista, donde escuchaban con mucha atención los discursos de sus referentes políticos.
“Estamos presenciando un record, ochenta mil personas están hoy aquí “, confesó la voz cantante que coordinaba el festejo publico, mediante los altoparlantes.
Sin embargo, esas palabras no produjeron euforia y alegría ante semejante afirmación. Según varias declaraciones, el número de personas que se esperaba no cumplió con las expectativas, ya que había alrededor de dieciocho a veinte mil.
Presidentes de diferentes cooperativas del plan “Argentina Trabaja” se agregaron a esta convocatoria, junto con los trabajadores de la misma.
Mientras todo sucedía con normalidad en esta provincia, los lideres y representantes de la oposición encabezaban un acto multitudinario en Buenos Aires. Y sin olvidarse de ellos, Kirchner los trajo a memoria en su discurso, sentenciando que “quieren prender fuego el país desde el Congreso”, agregando también que “esto en una lucha particular, con un rival mediático”.
El ex presidente finalizó su participación con una frase que seguramente repercutirá por varios días: “Los hombres y las mujeres van cambiando, pero lo importante es construir un proyecto que a la Argentina le dé la perspectiva larga, de 10 o 15 años que termine definitivamente con todas las improvisaciones que tuvimos en las últimas décadas",
“Kirchner en 2011”, era el comentario y el griterío de turno en esos momentos, mientras el líder del PJ se retiraba de las gradas.
Decenas de micros encendían sus motores cuando el sol se empezaba a esconder,
las banderas se descolgaban y las murgas se oían con menor intensidad.
Un sábado festivo , pero aún así, las luchas por el poder no saben de treguas ni de descansos.
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