exigir lo que no pudimos ser


El interés de triunfar lleva a los padres a confundir lo fundamental del deporte con la ambición mezclando así sus propios fracasos.

Los padres en muchos casos son severos y no se dan cuenta de las consecuencias que les pueden causar a sus hijos comportándose de esa manera. Actúan como si lo único que importase seria el interés de ganar a cualquier precio, cayendo en la tentación de pensar solamente en lo competitivo como en lo trascendente. Es así como muchos padres piensan y se olvidan del espíritu fundamental del deporte.

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Niños de entre 10 y 11 años disputando el balón

Es muy difícil escuchar luego de un entrenamiento o un partido la pregunta ¿Te divertiste? Y lamentablemente es común ¿ganaste? Ahí se ve claramente el padre que presiona, obliga, se pone en papen de entrenador de su propio hijo y o reta cuando comete errores.

El éxito, el ser mediático, el dinero y el deseo del reconocimiento hace que los padres confundan todas estas ambiciones con el significado de “ser feliz”. El éxito de los niños que practican deportes no solo estará en el resultado, sino en las herramientas con las que busca llegar a él. “Estoy absolutamente convencido que el dinero y la fama son valores intrascendentes, para que claro nos los describen con un peso significativo que parecería imposible resistirse a valorarlos. Creo que el espíritu amateur, el amor a la tarea, es lo único que vuelve satisfactorio el transito por el trabajo. Cuando observo de que manera son descriptos hacia el publico las celebridades, los ídolos, lamento muchísimo que se jerarquicen ese tipo de cosas, que describan millonarios, que se los describan famosos, extraídos de la realidad social, fuera del contacto con la gente común.” Marcelo Bielsa en diario La Nación.

El padre en general fue un jugador frustrado que busca el desquite a través de su hijo en la práctica de algún deporte. Suponen que les están dando un apoyo, un respaldo y en realidad lo único que consiguen es limitar al niño e impedir el desarrollo espontáneo.

Beneficios del deporte en la infancia

-Desarrollo de las destrezas y aprendizajes de habilidades.

-Desarrollo de la personalidad a través de la motivación para la competencia. Fortalecimiento de la autoestima en el respeto y la aceptación de si mismo, de sus fortalezas y debilidades.

-Desarrollo de habilidades sociales. Aprendizaje de su rol dentro de un equipo y reconocimiento del otro ya sea por como compañero o rival.

-Aprender a aceptar un reglamento que es igual para todos, y que lo lleva a aceptar posibilidades y límites.

-Desarrollo de los procesos de percepción, evaluación, decisión y acción.

Por otra parte están los padres que acompañan, aconsejan, ayudan, se apasionan sin presionar, que sabe recibir sin pedir, que reconoce a su hijo como alguien que siente y piensa por si mismo y que ama.

Gastón, padre de Julián de once años que practica fútbol desde los seis.

-¿Cómo vivís un partido de tu hijo?

-Nervioso, expectante. Muy ansioso porque se que está pendiente de mis gestos, de mi cara. Yo muchas veces no tendría que ponerle cara de fastidio y alentarlo más, pero me doy cuenta de eso y lo estoy cambiando.

-¿Utilizas como castigo al deporte?

-Si lo utilizo, pero en casos extremos.

-¿Cuáles son tus palabras hacia él luego de una derrota?

-Le doy un abrazo y le digo que esta bien que siempre hay revancha y el camino de vuelta a casa hablamos todo el tiempo del partido, me pregunta todo.

-¿Y si ganó?

-La alegría de compartir un triunfo con él. Comentamos los goles, el siempre hace goles porque es delantero y me pregunta que gol le gusto mas.

-¿Cuál es tu reacción cuando el entrenador decide no ponerlo de titular?

-Me pone loco cuando lo saca y tarda en ponerlo por suerte ahora se dio cuenta que es titular indiscutido (ríe). Siento que es una injusticia, igual no se lo hago notar a mi hijo.

Mi papá nunca fue un hombre muy exigente en los estudios, no pretendía que fuese el numero uno, prefería que fuese el mejor compañero. Me dejaba jugar al fútbol, me arropaba en los viajes, disfrutaba de mis alegrías y se entristecía en mis derrotas.” Javier Saviola, libro: Un pequeño gigante.

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Humor ilustrado, Sergio Langer

Lo mejor que le puede pasar a un niño es que su padre no sea exigente en cuanto al resultado de la competición, sentirse contenido, el saber que tiene una persona que lo apoya y ayuda a tomar las decisiones correctas.■

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